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Todo suele suceder por una causa que no logramos descubrir de inmediato; Al final, no hallamos casualidad sino causalidad

sábado, 24 de octubre de 2009

Inocencia

Para J. Rocha

Esuché a un amigo decir... que sufre de desamor. Que adolece su consciencia por que no acepta la realidad de estar abandonado.... que por las noches camina descalzo sollozando por un dolor que reprime el corazón y ahoga el deseo.

"Cómo olvidar todo eso que fue, que ya no existe, pero que fue, es recordar todo lo vivido, desde aquel día que nuestras vidas coincidieron: Nuestras largas conversaciones, teclado, mouse, pantalla, cámara, micrófono, avión, boletos, calles, taxi, pizzas, tortas, tacos, cama, noche, día, ropa, camino, la torre…"

El sufrimiento de quien describe la ausencia de un amor... es un recuerdo que no se suma en el olvido. Mi amigo... sufre de lo que adolecí en un momento. Un abstracto espacio que consume los días y las noches. El dolor de la traición es el peor mal de todos. Es el puñado que queda ensangrentado en el pecho, adormeciendo el cuerpo y envenenando el alma; la soledad es la peor enfermedad... conduce a la locura y convoca el miedo.
Un amigo sufre.. por amor. La distancia se hace un espacio ancho y cubre todo lo demás, llenando los vacíos guardados para la pasión en memorias fracasadas...

Mi amigo... necesita olvidar; curar el corazón y sanar las heridas. Un trecho con muchas espinas y poco pasto. Pero al final de cuentas... un camino que llega pronto: por que para olvidar, y perdonar, se empieza con QUERER HACERLO.
Y yo... quiero ayudar a mi amigo... y él quiere olvidar. Así se sanan las heridas y el sufrimiento desvanece en sueños lejanos... un pasado que ya no está.
Tienes mi apoyo J.

jueves, 15 de octubre de 2009

En memoria -Antonia Olguín-


La muerte tiene que llegarnos a todos tarde o temprano. Estamos conscientes que es la etapa final de la vida como la conocemos, pero lo que es cierto, es que nunca estamos preparados. Cuando llega el momento no tenemos el coraje de decir "Esto es natural". Sabiendo que es cosa de tiempo, nos preguntamos por qué, sabiendo que es ley morir, decimos Injusto. Culpamos a Dios, culpamos a la vida, culpamos tantas cosas... pero ¿por qué? Nos negamos a resignarnos por que esa ausencia deja un vacío en nuestro espacio, esa escencia marca el tiempo como puñales, la memoria nos conduce a llorar por lo que fue, y no se repetirá. Por que ella -mi querida abuela Antonia- no estará más para regañar a sus hijos y nietos, ni para contarnos sus grandes historias, o simplemente mirarnos sin nada más que una sonrisa en el rostro. por que nunca más podremos decir "Domingo, vamos a visitarla" por que ahora es.. "Domingo, vamos a dejarle flores..." Lloramos, por que somos humanos, por que nadie puede admitir la muerte de manera fría y calculadora, por que todos somos tercos y no queremos decir: Sí, me conformo. ¡¿Cómo resignarse si HA MUERTO?! ¡NO ESTÁ! ¡EN NINGÚN LADO DEL MUNDO!... No está...El sentimiento de pérdida por muerte es el peor de todos. Es el negro que tiñe tu vida y carga el luto... es el fantasma que juega y se mofa de tus sentimientos, puedes buscar donde sea... pero se ha ido... Y por mucho tiempo, puedes seguir sin entender.

Pero el tiempo... te enseña de a poco, las lágrimas se convierten en reflexión, nacen algunas risas... ¡Nacen los buenos recuerdos!... Y luego asimilas... que pronto, estarás con ella, que nosotros, estaremos contigo Abuelita. Antes de partir, me dijiste una cosa; que estabas orgullosa de mí. Es más que un logro el haber realizado aquello, te agradezco por vivir, por dejar nacer una familia tan grande y valerosa, te agradezco... por partir, y dejarme bellos recuerdos plasmados en la pobre y frágil memoria, que siempre te venerará como a la creadora de una GRAN FAMILIA.¡¡¡¡¡Te amamos Abuelita!!!!