Me dirijo a ustedes, como un ciudadano común… como una persona que quiere expresar sus inquietudes… me dirijo a ustedes, por que tengo una demanda.
Nuestro mundo, a pesar de marchar sobre los senderos de la diplomacia, la democracia e igualdad de derechos, persiste con sus agentes que recurren a la discriminación; el clasismo, sexismo, machismo, y tantos “Ismos” que destruyen un ambiente equitativo.
Quiero expresar mi molestia por la discriminación hacia personas con diversas tendencias sexuales. He visto muchas veces, cómo los insultos pueden llover para estas personas, cómo los prejuicios atentan contra sus derechos, cómo incluso algunas personas las consideran inferiores, menos humanos, malignos, pecadores, sucios.
Veo que, a pesar que nuestra misma constitución les brinde igualdad, el maltrato puede ser el mismo o incluso peor, por esa rabia que sienten algunos al saber que estas personas han sido atendidas en la carta magna.
El problema no es la homosexualidad, o la bisexualidad, el problema son quienes no quieren entender, quienes propagan los rumores, la mala información, la mancha oscura que tiende un manto gris sobre las personas gays, bisexuales o transexuales.
Muchas personas practican el amor al prójimo, la generosidad, la benevolencia y el buen trato a los demás… Pero ¿Dónde escapan esos valores cuando llega el momento de juzgar? Dicen No y se apartan, piensan que un joven gay es un promiscuo, un pecador, un mal, una mancha en la sociedad. No olvidemos que en la antigua Grecia la elección sexual era totalmente abierta y aceptada; Ahora, los psicólogos los estudian, los analizan, la iglesia los estigmatiza denunciándolos de pecadores y cerrándoles las puertas al cielo. La sociedad los obliga a esconderse, los aísla y abandona en un oscuro rincón, donde intentan moverse como pueden… sin obtener muchos resultados.
Las personas que aceptan a un gay o una lesbiana, son personas totalmente humanas que comprenden la equidad entre una persona y otra. ¿Acaso hay diferencia entre una muchacha heterosexual y una muchacha lesbiana? Ambas, para empezar, son personas; ambas tienen derechos, ambas pueden lograr lo mismo, ambas pueden tener una vida digna, ambas pueden fracasar como salir adelante; Pero lo importante es que ¡Ambas pueden vivir bien!
Y ahí están aquellas mentes testarudas que no quieren entender que su sentido de marginación es tan agudo que los ciega, los ensordece… Yo les hago una pregunta a quienes son homofóbicos y quienes no aceptan lo que no es heterosexualidad ¿Qué tal si alguien en su familia tiene alguna de esas tendencias? ¿Y si su hijo es gay? ¿Si su hermana es lesbiana? Pónganse a pensar… ¿Acaso por eso dejan de ser lo que son; personas? ¿Acaso yo, por elegir un hombre en vez de una mujer, soy distinto? ¿Acaso debo fingir lo que soy y saciar esos conceptos erróneos de “Persona normal”? La homosexualidad, señores, no es una enfermedad, no es un tema para analizar o estudiar, para condenar o denunciar; La homosexualidad, bisexualidad, transexualidad señores, ES UNA ELECCIÓN. Existe un gran número de escritores, pintores y actores gays o lesbianas que no por su elección sexual son rechazadas, a lo contrario, son grandes mentes que promueven la igualdad de derecho, la democracia y el verdadero sentido de COMPRENSIÓN.
Es difícil entender y comprender las tendencias sexuales por que es algo que no vemos comúnmente, pero no por eso es anormal, o una enfermedad, o un pecado: Es UNA REALIDAD.
Y es algo que pido a mi sociedad reflexione, aprendamos a vernos como personas iguales y con los mismo derechos, por que nadie es superior o inferior a nadie, no sólo por elección sexual, sino por color de piel, por lugar de origen, religión, cultura, y tantos aspectos por los que aún creamos estigmas; Hagamos de este mundo uno donde realmente podamos decir: Somos iguales. Basémonos no en sentir compasión, sino en dar COMPRENSIÓN. Una persona no necesita nuestra pena, necesita nuestra inclusión, nuestra fuerza, nuestro voto y nuestra aceptación. Aprendamos a vivir no tolerando, sino aceptando, por que solo así, tan sólo de esa manera, habremos aprendido a dejar de un lado la discriminación; Y aunque la marginación siempre esté ahí, por lo menos debilitemos los estigmas, y aprendamos a ser más HUMANOS.
Nuestro mundo, a pesar de marchar sobre los senderos de la diplomacia, la democracia e igualdad de derechos, persiste con sus agentes que recurren a la discriminación; el clasismo, sexismo, machismo, y tantos “Ismos” que destruyen un ambiente equitativo.
Quiero expresar mi molestia por la discriminación hacia personas con diversas tendencias sexuales. He visto muchas veces, cómo los insultos pueden llover para estas personas, cómo los prejuicios atentan contra sus derechos, cómo incluso algunas personas las consideran inferiores, menos humanos, malignos, pecadores, sucios.
Veo que, a pesar que nuestra misma constitución les brinde igualdad, el maltrato puede ser el mismo o incluso peor, por esa rabia que sienten algunos al saber que estas personas han sido atendidas en la carta magna.
El problema no es la homosexualidad, o la bisexualidad, el problema son quienes no quieren entender, quienes propagan los rumores, la mala información, la mancha oscura que tiende un manto gris sobre las personas gays, bisexuales o transexuales.
Muchas personas practican el amor al prójimo, la generosidad, la benevolencia y el buen trato a los demás… Pero ¿Dónde escapan esos valores cuando llega el momento de juzgar? Dicen No y se apartan, piensan que un joven gay es un promiscuo, un pecador, un mal, una mancha en la sociedad. No olvidemos que en la antigua Grecia la elección sexual era totalmente abierta y aceptada; Ahora, los psicólogos los estudian, los analizan, la iglesia los estigmatiza denunciándolos de pecadores y cerrándoles las puertas al cielo. La sociedad los obliga a esconderse, los aísla y abandona en un oscuro rincón, donde intentan moverse como pueden… sin obtener muchos resultados.
Las personas que aceptan a un gay o una lesbiana, son personas totalmente humanas que comprenden la equidad entre una persona y otra. ¿Acaso hay diferencia entre una muchacha heterosexual y una muchacha lesbiana? Ambas, para empezar, son personas; ambas tienen derechos, ambas pueden lograr lo mismo, ambas pueden tener una vida digna, ambas pueden fracasar como salir adelante; Pero lo importante es que ¡Ambas pueden vivir bien!
Y ahí están aquellas mentes testarudas que no quieren entender que su sentido de marginación es tan agudo que los ciega, los ensordece… Yo les hago una pregunta a quienes son homofóbicos y quienes no aceptan lo que no es heterosexualidad ¿Qué tal si alguien en su familia tiene alguna de esas tendencias? ¿Y si su hijo es gay? ¿Si su hermana es lesbiana? Pónganse a pensar… ¿Acaso por eso dejan de ser lo que son; personas? ¿Acaso yo, por elegir un hombre en vez de una mujer, soy distinto? ¿Acaso debo fingir lo que soy y saciar esos conceptos erróneos de “Persona normal”? La homosexualidad, señores, no es una enfermedad, no es un tema para analizar o estudiar, para condenar o denunciar; La homosexualidad, bisexualidad, transexualidad señores, ES UNA ELECCIÓN. Existe un gran número de escritores, pintores y actores gays o lesbianas que no por su elección sexual son rechazadas, a lo contrario, son grandes mentes que promueven la igualdad de derecho, la democracia y el verdadero sentido de COMPRENSIÓN.
Es difícil entender y comprender las tendencias sexuales por que es algo que no vemos comúnmente, pero no por eso es anormal, o una enfermedad, o un pecado: Es UNA REALIDAD.
Y es algo que pido a mi sociedad reflexione, aprendamos a vernos como personas iguales y con los mismo derechos, por que nadie es superior o inferior a nadie, no sólo por elección sexual, sino por color de piel, por lugar de origen, religión, cultura, y tantos aspectos por los que aún creamos estigmas; Hagamos de este mundo uno donde realmente podamos decir: Somos iguales. Basémonos no en sentir compasión, sino en dar COMPRENSIÓN. Una persona no necesita nuestra pena, necesita nuestra inclusión, nuestra fuerza, nuestro voto y nuestra aceptación. Aprendamos a vivir no tolerando, sino aceptando, por que solo así, tan sólo de esa manera, habremos aprendido a dejar de un lado la discriminación; Y aunque la marginación siempre esté ahí, por lo menos debilitemos los estigmas, y aprendamos a ser más HUMANOS.